Una cuenca está drenada por un gran número de corrientes cuyo tamaño aumenta aguas abajo desde pequeños hilillos de agua, quebradas, arroyos, hasta los grandes ríos que desembocan en el mar. Estas corrientes son la causa de las diferentes orientaciones existentes en la cuenca, de las clasificaciones y rangos de acuerdo con densidad de drenaje, pendiente, y área de la cuenca. Estos probablemente son los factores más importantes a la hora de clasificar una cuenca. De ella se puede obtener una gran cantidad de información en lo que se refiere a la roca madre y a los materiales del suelo, a la cantidad de agua que circula, a la morfología, etc.